Cogobierno vs oposición: la nueva grieta de Juntos por el Cambio

Por Javier Calvo (*)

Hay que reconocerles voluntad. Por estos días y horas, Juntos por el Cambio sigue intentando dar muestras públicas de unidad, mientras internamente la ex coalición está desgajada en una suerte de federaciones autónomas de intereses contrapuestos.

Una serie continua de paradojas alimentan las particiones. La derrota electoral de octubre, la obtención de un número récord de gobernaciones, las posturas ante el balotaje, el triunfo de Javier Milei y el Pacto de Acassuso le han planteado a JxC desafíos laberínticos. Y no encuentra la salida.

El más reciente se expresó crudamente en la cumbre de gobernadores y legisladores del martes. Como corresponde, un comunicado final expuso por enésima vez la supuesta unidad por encima de todo.

Pero resultó inevitable, hasta en ese texto acordado con serias dificultades, dar a entender la nueva grieta que los divide. “Nosotros no cogobernamos, pero es bueno que algunos dirigentes que quieran ayudar lo hagan, porque es mejor un gobierno sólido con buenos dirigentes que un gobierno débil. Eso no nos compromete ni nos obliga como garantes”.

Llega el momento de la traducción. La mayoría de los gobernadores de JxC se opone al entendimiento de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con Milei, que en este tiempo incluye sumar a dirigentes de la fuerza a la futura administración. Los nombres ya se saben, empezando por el de la propia ex candidata presidencial.

Los mandatarios provinciales (y muchos de sus legisladores electos o en funciones) pretenden tener ellos la llave de la negociación con el Gobierno nacional, en especial ante la presunción de cómo afectará en esos y en todos los distritos el duro ajuste estatal que prepara Milei. “Mauricio y Patricia no tienen que pagar aguinaldos ni sueldos”, explica en off uno de ellos. El presidente electo pareció responderles ayer: “Corten otros gastos y paguen los salarios. No hay plata”.

Pero resultó inevitable, hasta en ese texto acordado con serias dificultades, dar a entender la nueva grieta que los divide. “Nosotros no cogobernamos, pero es bueno que algunos dirigentes que quieran ayudar lo hagan, porque es mejor un gobierno sólido con buenos dirigentes que un gobierno débil. Eso no nos compromete ni nos obliga como garantes”.

Llega el momento de la traducción. La mayoría de los gobernadores de JxC se opone al entendimiento de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con Milei, que en este tiempo incluye sumar a dirigentes de la fuerza a la futura administración. Los nombres ya se saben, empezando por el de la propia ex candidata presidencial.

Los mandatarios provinciales (y muchos de sus legisladores electos o en funciones) pretenden tener ellos la llave de la negociación con el Gobierno nacional, en especial ante la presunción de cómo afectará en esos y en todos los distritos el duro ajuste estatal que prepara Milei. “Mauricio y Patricia no tienen que pagar aguinaldos ni sueldos”, explica en off uno de ellos. El presidente electo pareció responderles ayer: “Corten otros gastos y paguen los salarios. No hay plata”.

Esta diversidad de posturas en JxC complica además a Guillermo Francos. El futuro ministro del Interior es el hombre de mayor experiencia política en LLA y un armador central de entendimientos. Y se le dificulta al máximo la atomización de sus aliados.

A las internas libertarias, a la conformación de la nueva administración y a las dificultades de la transición, Francos debió también tomar nota de la ausencia de interlocutores válidos en JxC. Habló y se reunió en privado con gobernadores y legisladores. “Tienen casi más quilombos que nosotros”, dicen que comenta al respecto con una sonrisa.

Por eso abrió el paraguas e insiste con que Florencio Randazzo sería el indicado para estar al frente de Diputados, como señal de amplitud para el peronismo no kirchnerista y ante la presunta falta de garantías de que Juntos se encolumne en el Congreso.

La nueva alianza exhibe tensiones ya vividas. Lo que puede servir para ganar una elección no necesariamente permite luego gobernar. Esas experiencias fueron, son, traumáticas.

(*) Periodista, publicado en Perfil