Dejar de pensar en sí mismo y pensar en la República

Por Fabián Rogel (*)

Vengo advirtiendo, desde hace un tiempo, en la necesidad de repensar la política, repensar el país y, sobre todo, en agudizar la mirada frente a las necesidad que se advierten por el estancamiento de la Argentina.

Desde hace tiempo advierto también que el consumismo iba a terminar de ser una feroz trampa producto de que no apostábamos a un desarrollo sostenido, a un crecimiento económico y una mejora en la calidad de la producción.

Sé que tampoco tuvimos grandes aciertos cuando nos tocó gobernar a los radicales en el gobierno de Cambiemos. Pero la revancha que el pueblo argentino le dio al peronismo, evidentemente para lo único que ha servido es para que una vez más, desde el gobierno, definan sus pellejerías y sus mezquindades internas, como si fuera más importante la cuota de poder que la Nación misma.

El radicalismo, como todo partido popular, ha sido gobierno muchas veces y hemos tenido grandes aciertos para la mayoría del pueblo argentino, pero nunca, jamás nunca, hemos privilegiado el desconcierto general, el desorden colectivo, la anarquía por sobre la institucionalidad que representa la idea de país.

El actual gobierno se debe ir a partir del voto popular que determine que no ha sido un buen gobierno, pero jamás debemos alentar actitudes golpistas, ni desde la oposición y mucho menos desde el propio gobierno.

Hay que hacerse cargo, señora vicepresidenta: usted eligió al actual presidente porque no le alcanzaban los votos para ser presidenta. Ahora, hay que terminar con boicotear al propio gobierno. Tiene que ayudar a que los argentinos no estemos pasando las angustias que pasamos y, en todo caso, el pueblo argentino, el año que viene, definirá con su voto, qué gobierno lo sucederá.

Los radicales estamos cansados de ser una especie de Cruz Roja de las instituciones argentinas porque el peronismo, cuando está en la oposición, hace lo posible para que a los que gobiernan le vaya mal, y cuando están en el gobierno hasta se dan el lujo de practicar la interna.

(*) Exdiputado nacional de la UCR