Paraná. Sobre la apropiación de espacios públicos en la costa

Por Sofía Cáceres Sforza (*)

“No son muchas las instituciones que tienen una isla propia, pero el Paraná Rowing Club se beneficia con ese privilegio.”

Así presenta el propio Paraná Rowing Club la explotación privada de la isla que se encuentra frente a nuestra costa y que se ha visto obscenamente apropiada para la renta de unos pocos.

No es ajeno a las y los paranaenses las diferentes formas de apropiación de los espacios públicos que gobiernos y empresarios han llevado a cabo sistemáticamente. Tenemos como ejemplo más visible nuestro borde costero, ocupado por casas gigantescas con muelles propios y clubes con cuotas altísimas, las ciudadanas y ciudadanos de Paraná hemos tenido que resignarnos a los escasos metros del balneario municipal o el Thompson.

Partes de nuestras barrancas modificadas para el bar de unos pocos, sectores del Parque Nuevo transformados en un barrio privado, con ostentosas casas y las calles restringidas al acceso de todas y todos. Los Arenales reducidos a muros y olvidados en el recuerdo de las y los paranaenses.

Poco a poco los espacios a los que todos y todas teníamos acceso libre y gratuito fueron desapareciendo, mejor dicho, se les fue entregando al negocio capitalista, a la especulación inmobiliaria. Ese mismo negocio que nos impide acceder a una vivienda, que nos desplaza de nuestros espacios de origen, esa especulación que nos aplasta cada vez que queremos acceder a un alquiler.

Mientras en Guernica se escenifica una represión desatada, acá festejamos el éxito de una isla privatizada, de nuestra isla usurpada por señores con bermudas Lacoste. Con el beneplácito de cada gestión municipal, Paraná se ha ido reduciendo, mejor dicho, nuestro acceso a Paraná se ha ido reduciendo cada vez más. También nuestro derecho al ocio.

Poco se dice de la importancia de nuestro derecho como trabajadores al ocio, al esparcimiento, mucho más en un año como el 2020, que significó una profundización de la crisis capitalista y el aumento de la precarización de nuestras vidas. En ese contexto es que, todavía más, nos privan de lugares a los que podamos acceder gratis, con nuestras familias o amigos, sin tener que pensar en la cuota al día o el derecho de pileta actualizado. Como siempre la prioridad son los negocios capitalistas, la renta a toda a costa, incluso a costa de nuestros derechos innegables como ciudadanos y ciudadanos, como trabajadores y trabajadoras.

Es necesario que de una vez por todas recuperemos los espacios públicos que nos roban, porque es eso, un robo. Alegar concesiones de hace 30, 40 o 50 años es un insulto a las miles y miles de familias y personas que se quedan sin un techo, que no pueden pagar cuotas que llegan a $9000, que no pueden disfrutar de nuestro río, de nuestra arena, de nuestros árboles. Terminar con la especulación capitalista de los espacios públicos es urgente, con la renta desaforada de unos pocos privilegiados. Es tarea necesaria recuperar nuestra tierra y ríos para las mayorías populares.

(*) Dirigente del MST-Nueva Izquierda. Publicado originalmente en Periodismo de Izquierda.