Sequía: clamor al gobierno por el pequeño y mediano productor entrerriano

Por la Comisión de Producción, Trabajo e Infraestructura de la UCR

Nadie ignora que Argentina en general, y Entre Ríos en particular, está transitando por una de las peores sequías de las últimas décadas. Las faltas de lluvias por tercer año consecutivo están causando problemas muy serios. El tema no es este evento en sí mismo, sino analizar y esencialmente encontrar las mejores soluciones a las consecuencias nefastas que está dejando.

El factor climático, es un riesgo que toma la actividad agropecuaria desde el comienzo mismo de su existencia. Hoy, con los avances tecnológicos, existen herramientas para atenuar su impacto negativo, no obstante, cuando los eventos tienen una repetición en más de un periodo, como es el caso actual, y sale de lo previsible, se deben tomar decisiones a niveles que escapan al pequeño y mediano productor.

Cuando de sequías reiteradas se trata, el pequeño y mediano productor agrícola, ganadero, tambero y el de las economías regionales, es el primero en recibir sus efectos. Y, este es el momento en donde el Estado, nacional o provincial, debe actuar de inmediato, porque ese es su rol, en pos de defender la continuidad del trabajo, la producción y medio de vida. Estos productores no tienen los más mínimos recursos para amortiguar las nefastas consecuencias del tercer año consecutivo de sequía y de una alicaída economía, que hace eclosión por sí misma.

Ya no alcanza con decretar una emergencia, y posponer el pago de impuestos, o incluso disponer su eximición. El pequeño y mediano productor, en todas sus actividades, viene mal, sufriendo todo tipo de nefastas políticas, y ahora el factor climático lo acorrala. Son necesarias nuevas medidas, modernizar la Ley de emergencias y/o desastres agropecuarios, poner en marcha los seguros de multiriesgo, financiamiento accesible y puesta en marcha de una reforma impositiva que de oxígeno a la cadena de valor.

Numerosos productores entrerrianos, después de tres años de pérdidas y/o baja rentabilidad, han ido comiendo su capital de trabajo. El productor, como se dice en la jerga rural: “está en la lona”, pero aún conserva una enorme voluntad y vocación de seguir produciendo. Se niegan a abandonar su pequeña o mediana explotación, pero si no se actúa rápidamente, con decisiones serias y efectivas, esa voluntad, perseverancia y orgullo lo obligarán a abandonar la actividad de toda su vida.

Esta sequía inédita es el detonante de una realidad, que el gobierno no quiere asumir, ni quiere ver. El campo entrerriano está cada vez más despoblado, cada vez hay menos productores genuinos. Eso lleva a que nuestros centros poblados del interior de la Provincia reciban, con más intensidad, los efectos nefastos de una política que va en directo detrimento de pobladores rurales, que es el que más mano de obra demanda y genera.

Así no se construye, y menos se desarrolla, armoniosamente una Provincia. Hace ya muchos años que tenemos un Estado o gobierno anestesiado, que no reacciona, y cuando lo hace, apenas aparecen en el horizonte con lejanas promesas, que luego, con el tiempo, se diluyen. Es necesario que el Estado, tome conciencia que, se está perdiendo la distribución equilibrada de la población entrerriana en todo su territorio, que hoy es la sequía, pero que mañana pueden ser inundaciones. La verdad insoslayable es que la provincia viene, año a año, perdiendo productores radicados en su medio de trabajo, convirtiendo a nuestro interior rural en un conglomerado de “taperas”.

Las Tics (Tecnologías de la información y comunicación) son escasas, la conectividad es un hermoso verso de los políticos de turno, la energía eléctrica no llega como en las ciudades, los caminos se vuelven sendas o desparecen, las escuelas pierden su calidad, y la salud se vuelve inaccesible. Todo juega, y si un evento climático sea cual fuere, dice presente, todo se agrava. Pero el enorme Estado está ahí, viendo cómo puede esquilmar al productor con algún impuesto más. Porque si de algo, no se ha dado límites en su imaginación, es cómo saquear con impuestos a sus pobladores, cómo disminuirle los servicios, y cómo lograr que reciba menos por su producción.

Ahora vendrán, después de una sequía, las lluvias, y es de esperar que habrá cosechas, pero volverá el problema de siempre: para sacar esa cosecha de los campos, los caminos no estarán en condiciones, y aparecerá la excusa de siempre: “Las excesivas lluvias”. Es hora de que terminen con las excusas.

NECESITAMOS un Estado presente, pero no en planes sociales, sino mejorando los servicios esenciales que demanda la producción. En ese contexto, la asistencia para poder mantenerse en el campo, va más allá de posponer o no pagar impuestos inmobiliarios, se necesita una ayuda sustanciosa para que el productor pueda sostenerse en el medio rural. Necesita capital de trabajo, renovación de sus equipos productivos, ya obsoletos, necesita tiempo para recomponerse en lo que sabe hacer.

Frente a este panorama la Comisión de Producción, Trabajo e Infraestructura de la UCR-Entre Ríos no puede ser complaciente, y menos indiferente. Es así que reclama, en forma urgente, que este gobierno adopte medidas concretas en defensa del pequeño y mediano productor, en sus diversas actividades, y en todas sus economías regionales, brindando asistencia adecuada. Por lo tanto, se declare el desastre agropecuario de acuerdo a la zona, en trigo; maíz; soja y ganadería tanto de cría como de leche.

Los entrerrianos no tenemos pereza para trabajar, arriesgar y producir. Solo necesitamos que nos faciliten los medios para producir más, en cantidad y calidad. Es hora de que reaccionen. Miren menos a los votos, y más a la producción.