La dura interna nacional entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta por ahora no parece tener repercusión en Entre Ríos. A diferencia de otros distritos, como Santa Fe, donde la puja tiene postulantes propios y hay un cruce casi diario de dardos venenosos, en territorio provincial el precandidato a gobernador por Juntos por Entre Ríos, Rogelio Frigerio, ha sorteado la disputa mostrando foto con ambos y llamando a la unidad de modo constante.
Días atrás, Larreta estuvo en Paraná y llevó adelante una agenda de campaña con el exministro del Interior. Recorrieron el Hospital De la Baxada, charlaron con estudiantes y hablaron con la prensa. Fue horas después de que Bullrich llamar al jefe de Gobierno “oportunista”, “ventajero” y “persona deleznable”, episodio suscitado porque el precandidato presidencial había hablado de “fracaso” en el gobierno de Mauricio Macri, principal referencia de los halcones en los que se enrola la exministra de Seguridad. No obstante, el alcalde porteño le bajó el tono a la disputa, no contestó y dijo que pese a la interna, luego de las PASO habrá unidad. Frigerio, a su izquierda, no habló del tema. También le cedió la iniciativa al dirigente nacional al hablar de por qué el pegado exclusivo de la interna es de él, marginando al otro aspirante al cargo, Pedro Galimberti.
El último viernes fue el turno de la actual presidenta del PRO, que habló en conferencia con los medios en la capital entrerriana y luego acompañó al precandidato local a presentar sus propuestas en materia de Seguridad en Diamante. Bullrich reiteró, como dice su spot, que “si no es todo, es nada”, en un claro pronunciamiento contra aquellos que apunta como los males del país: no sólo el kirchnerismo -coincide en eso con Larreta- sino que además sindicatos y piqueteros. Frigerio, al margen, sigue manteniendo un tono más cordial, menos incisivo y dio a conocer sus iniciativas sin entrar tanto en la disyuntiva garantismo vs punitivismo.
A cuatro semanas de ir a las urnas en elecciones unificadas, Frigerio hace fintas para no caer en ningún lado de la grieta cambiemita. Trabaja como un equilibrista en una soga fina, donde el más mínimo desliz puede llevarlo a perder apoyo y electorado. Conjuga dureza con delicadeza, para abarcar el mayor radio posible. Por ahora, lo está logrando. ¿Podrá sostenerlo luego de las PASO?