El gobernador Gustavo Bordet tiene en sus manos la definición del cronograma electoral en Entre Ríos, que esta semana resolverá si finalmente los comicios provinciales se darán de manera simultánea o desdoblada de las elecciones nacionales. El mandatario entrerriano, quien adelantó que será “protagonista” de este proceso electoral para el peronismo, tiene límite hasta el 27 de abril para comunicar su decisión.
Cabe recordar que hacia fines del año pasado, la Legislatura aprobó las modificaciones a la Ley 10.615, a través de la cual se establecen las fechas para ir a votar cargos provinciales en caso de que el gobernador decida desdoblar los comicios.
Las nuevas fechas de elecciones provinciales, en caso de desdoblamiento, serán el último domingo de julio (PASO) y el último domingo de septiembre (Generales). En este caso, se intercalarán con las nacionales, que tendrán lugar en agosto (PASO) y octubre (Generales).
En caso de desdoblamiento, de ese modo, los entrerrianos este año iremos a las urnas los domingos 30 de julio (PASO provinciales); 20 de agosto (PASO nacionales); 24 de septiembre (Generales provinciales) y 22 de octubre (Generales Nacionales).
A pesar de la compleja situación política y económica a nivel nacional, distintos gestos del gobernador alimentaron en los últimos días la idea de una posible simultaneidad. Bordet se reunió recientemente con dos de los precandidatos más importantes del peronismo: el ministro de Economía, Sergio Massa, y el embajador en Brasil, Daniel Scioli.
El renunciamiento de Alberto Fernández, en el mismo sentido, alimentó versiones en un peronismo desorientado que aún no tiene candidatos firmes para la presidencia.
En el orden local, las versiones más fuertes indican que Bordet se decidió por el intendente de Paraná, Adán Bahl, como el elegido para la sucesión. La definición se daría a conocer en los próximos días, pero el nombre de su compañera de fórmula aún quedaría abierto. No se descarta, a su vez, que otros de los precandidatos elijan dar la disputa interna, a pesar de no tener la bendición del gobernador.